17 de febrero de 1859.-
Dentro de la poco conocida expedición franco-española a la Cochinchina, tiene lugar el asalto a la ciudad de Saigón. La excusa para el inicio de esta campaña la provoca el asesinato de varios misioneros de ambas naciones. Se exigía al gobierno de Annam que los criminales fuesen castigados, que se permitiese la libertad de culto y el pago de reparaciones.
Ante la falta de tales concesiones, ambas potencias europeas se aprestan para invadir Annam e imponer por la fuerza esas reparaciones.
Mapa de la Cochinchina, otra denominación del reino de Annam, conquistado por los españoles para los franceses.
El 1 de Diciembre de 1857 el ministro Frances conde Walewski y el Marqués de Turgot por parte de España acuerdan intervenir militarmente, poniéndose las tropas españolas, bastante más preparadas para soportar el clima de la zona, bajo mando frances.
La ofensiva militar sobre Saigón
comenzó, por tanto, desde el puerto de Touranne, lugar donde se habían
concentrado las fuerzas aliadas franco españolas, en febrero de 1859. El
mando de la operación estaba bajo la responsabilidad directa del
almirante francés Rigault de Montigny quien, el 28 de enero de aquel
año, había informado al general español Norzagaray, capitán general de
Filipinas, de que pensaba comenzar la ofensiva sobre Saigón. Una fuerza
combinada de siete barcos franceses y el español Elcano, partió
llevando un contingente aliado formado por 800 hombres, mitad franceses,
mitad españoles, del puerto de Touranne mientras en esta ciudad quedaba
una guarnición aliada en espera. En la expedición figuraba también el
coronel español Ruiz de Lanzarote.
Esta fuerza naval fondeó frente al cabo
Santiago, donde desembarcaron las tropas y se inició el ataque a la
ciudad de Saigón. Entre los días 9 y 16 de febrero se fueron destruyendo
los fuertes que protegían la ciudad. El día 17 se atacó la ciudadela y
se ocupó después de un breve combate. Las tropas españolas, al mando del
comandante Carlos Palanca Gutiérrez, estuvieron en la vanguardia de los
combates, junto a un destacamento francés, y fueron los primeros en
iniciar el asalto. Al frente de todas las fuerzas de vanguardia se encontraba el alférez de navío Siro Fernández al frente de cincuenta hombres de la Infantería de Marina y marinería del Elcano, logrando romper las defensas de la ciudad, dando paso al resto de las unidades.
Por esta acción, el comandante Palanca fue propuesto para el grado del teniente coronel. Él llevó el mando de la operación, excepto en el desembarco del cabo Santiago, y estuvo al frente de las fuerzas españolas que tomaron los puertos de Hong-lai, Cha-lai y Ton-ki, y acabó asaltando Saigón.
Infantería de Marina española al asalto de las murallas de Saigón, según un grabado de la época.
Por esta acción, el comandante Palanca fue propuesto para el grado del teniente coronel. Él llevó el mando de la operación, excepto en el desembarco del cabo Santiago, y estuvo al frente de las fuerzas españolas que tomaron los puertos de Hong-lai, Cha-lai y Ton-ki, y acabó asaltando Saigón.
Las tropas aliadas consiguieron un
importante motín de guerra en arroz, armamento y dinero, que quedó por
completo bajo el control francés, que se negó a facilitar al coronel
Ruiz de Lanzarote, incluso, la relación de lo aprehendido. Tras la toma de la plaza, el mando francés izó la bandera tricolor y se apropió del botín. El ejército galo siempre consideró a las tropas españolas como auxiliares y mandó regresar a Filipinas todo el contingente español que no estuviera en Saigón, y con ellos al jefe del cuerpo expedicionario, el coronel Bernardo Ruiz de Lanzarote. Solo quedó en Vietnam un centenar de soldados españoles bajo la órdenes del teniente coronel Carlos Palanca Gutiérrez.
Lo primero que hicieron los aliados,
tras la entrada en Saigón, fue demoler la ciudadela y construir, en su
lugar, un nuevo puerto fortificado donde quedaría una guarnición. De
ella formaría parte una compañía de línea española.
Tras diversas acciones militares, en la primavera de 1862 el emperador Tu Duc aceptó las condiciones de París: cedió la zona ocupada a Francia y permitió la libertad religiosa. Un año después, los franceses ocuparon Camboya y una década más tarde, el norte de Vietnam. En 1902 habían conseguido unificar toda Indochina y España apenas había sacado beneficio de la campaña. Las tropas regresaron a Filipinas y la historia oficial española empezó a olvidar la expedición.
Cementerio donde descansan los restos de los soldados españoles muertos en la expedición a la Cochinchina, desastrosa empresa que sirvió para engrandecer el imperio francés en aquella parte del mundo y aún al día de hoy se debe al gobierno de España dos millones de pesetas de la época como compensación... aún no han sido pagados.
Placa a la entrada del cementerio, hoy en día es visitada por vietnamita que les regalan flores e incienso porque piensan que todos los muertos
necesitan ser cuidados, no les importa que sean de extranjeros ni que
vinieran a hacer la guerra contra Vietnam, para los vietnamitas son sólo
almas que flotan en el cielo.
Cuando el contingente regresó a Manila en 1863 con los últimos soldados españoles, Francia ya había establecido la colonia de la Cochinchina y la había convertido en un protectorado a Camboya.
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