Se produce la rendición de Boabdil y la entrega del reino de Granada a los Reyes Católicos, que supuso el fin de la Reconquista, la reina Isabel y el rey Fernando hicieron su entrada triunfal en la ciudad. El reino de Granada era el único reino musulmán de la Península a finales del siglo xv. Abarcaba una gran extensión que empezaba en las montañas de Sierra Nevada y llegaba a la costa gaditana, adentrándose en la provincia de Málaga y en tierras de Córdoba, Jaén y Sevilla.
Territorios del Reino nazarí de Granada.
Los Reyes Católicos.
El constante asedio de la capital y su consiguiente aislamiento y el descontento popular frente a las miserias del asedio, las hambres y las enfermedades, obligan a Boabdil a rendirse. La rendición se plasma en el histórico documento de las Capitulaciones que supone, además de la rendición y toma de Granada, el fin del último reino musulmán de la península y de ocho siglos de ocupación musulmana. En el lado cristiano, la toma de Granada significa el fin del avance hacia el sur lo que exigía la apertura de nuevos horizontes
Con este hecho se terminó la lucha contra los musulmanes que había comenzado cerca del rio Guadalete el jueves 30 de abril de 711 (siete siglos ochenta años y dos días). El viernes 2 de enero de 1492 a las 3 de la tarde aparecieron en las almenas de la torre más alta de la Alhambra de Granada, el estandarte de Santiago Apóstol y el pendón real de Castilla.
La Alhambra.
Según lo previamente convenido, vestidos de gala Isabel y Fernando entraron montados a caballo triunfantes en Granada. Siguiendo a los reyes, todos los prelados, magnates y los comandantes de su ejército. Poco antes de llegar a las puertas del Alcázar o sea de la Alhambra, se abrieron sus puertas y salió el rey Boabdil también montado y acompañado de su corte.
El rey moro se acercó al cristiano y se procedió a la Entrega solemne de las llaves del palacio y fortalezas. “Tuyos somos rey invencible, las llaves de esta ciudad y reino te entregamos confiados usarás con nosotros la clemencia y la templanza”, don Fernando tomó las llaves las puso en manos de la Reina, la Reina en manos del Príncipe, su hijo y del Príncipe las tomó don Iñigo de Mendoza conde de Tendilla a quien el rey había nombrado teniente de aquel castillo.
El rey de Granada, Boabdil, entregando las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos.
A continuación, Isabel y Fernando entraron en el Alcázar y pasearon por su interior, mientras las calles permanecían desiertas y con las puertas de las casas cerradas por el miedo y desconfianza de los vencidos.
Se izaron en los más alto de la Alhambra los estandarte y guiones cristianos y la bandera de la corona de Castilla, entre un inmenso griterío de los presentes , el reino de Granada quedó agregado a la corona de Castilla.
Al atardecer , los reyes dejaron el mando de la ciudad al conde de Tendilla y volvieron a su campamento de Santa Fe. Tres días más tarde, el 5 de Enero, harían su entrada pública y solemne en Granada.
Los Reyas Católicos celebrando misa tras la conquista de la ciudad.
La toma de Granada no fue sólo un triunfo glorioso para España sino para toda la cristiandad. Esta victoria decisiva equilibró la pérdida de Constantinopla tomada por los turcos en 1453. Casi toda la Europa participó de la alegría con España celebrando tan feliz e importante acontecimiento, el papa Alejandro VI concedió a Fernando e Isabel el título de Reyes Católicos título con que son conocidos en la Histona y que han trasmitido a sus sucesores.
Después de la toma de Granada, los Reyes Católicos adjudicaron a Boabdil el Valle de Purchena y le otorgaron rentas para que viviese conforme a su clase. Boabdil sufrió una profunda tristeza y al año siguiente pasó con su familia a Fez. Días después de la rendición de Granada, Boabdil marchó de incognito hacia las Alpujarras, cuya propiedad se le había reconocido en las capitulaciones.
La puerta por donde el rey Boabdil salió la última vez se tapió a petición de este para que nadie pudiera volver a pasar por ella y en tal estado permanece todavía hoy en recuerdo de la desgraciada suerte del último de los reyes musulmán de Granada.
El rey Boabdil de Granada despidiendose de su ciudad en la loma llamada desde entonces "El suspiro del moro".
Cuando salió de Granada, camino a su destierro en las Alpujarras, Boabdil no quiso girar la mirada hacia Granada, y sólo cuando estuvo sobre la última colina, se detuvo y observando por última vez su palacio suspiró y rompió a llorar, siendo su propia madre, la Sultana Aixa al-Horra quien según cuenta la leyenda le dijo: "Llora, llora como mujer la pérdida de un reino por cuya defensa no has sabido morir como un hombre”
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