Una columna de soldados españoles termina de levantar el cerco del fortín de Cascorro en la isla de Cuba, en cuya defensa inmortalizó su nombre Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro.
Infantería española en Cuba.
Plaza de Cascorro en Madrid.
El día 5 por la tarde pide voluntarios para tratar de destruir la casa restante prendiendola fuego con gasolina. Eloy Gonzalo se presenta voluntario, convencido que morira en la acción pide a sus compañeros que se le aten con una cuerda para recuperar su cuerpo. Finalmente, desde el reducto español ven como el segundo edificio de los insurgentes comienza a arder, Eloy Gonzalo no solo consiguió su objetivo sino que salvó la vida. Aprovechando el momento de desconcierto que la destrucción de la segunda casa propicia, Neila ordena que la guarnición ataque al enemigo, el asalto español obliga a los rebeldes a abandonar el cerco de Cascorro, cuyo cerco ciompleto se levantaría con la llegada de una columna de socorro.
Monumento a Eloy Gonzalo en el Rastro de Madrid, donde se le vé con la lata de gasolina, la mecha y la cuerda anudada a su cintura.
Por su heroica acción en combate, Eloy Gonzalo recibió la Cruz de Plata al Mérito Militar y el capitán Neila la Laureada de San Fernando.
El héroe de Cascorro, en vez de ser recompensado con la licencia por su acción de guerra, tuvo que seguir combatiendo en la isla de Cuba hasta que, en junio de 1897 murió de disentería en el hospital de Matanzas. Tras la derrota final de 1898 sus restos mortales fueron repatriados y enterrados en el cementerio de La Almudena de Madrid junto con otros militares destacados de las guerras de Cuba y Filipinas.
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