La Escuadra del Océano al mando del teniente general D. Luis de Córdova y Córdova, que contaba a la sazón con 73 años de edad, apresó en este día el mayor convoy británico de toda la historia naval capturado casi por completo sobre el Cabo de Santa María. El convoy estaba compuesto por 55 barcos de transporte, aunque estaban armados, y eran custodiados por un navío y dos fragatas de guerra que pasaron a la Marina Real de España con los nombres de Colón, Santa Balbina y Santa Paula.
Teniente General de la Real Armada D. Luis de Córdova y Córdova.
Combate entre fragatas.
9 de Agosto de 1921.-
El general Navarro que se había encargado de ir al encuentro de los hombres que escapaban de Annual e intentar reorganizarlos tras seis días de agotadora marcha, incluido el sacrificio del Regimiento de Cazadores de Caballería Alcántara nº 14, se rinde en Monte Arruit.
General Felipe Navarro y Ceballos-Escalera, en el centro.
Un grupo de jefes rifeños, se dirigían hacia la fortaleza para parlamentar con el general Navarro, pocos minutos después el militar español salió a negociar la entrega del campamento, entrega que se concretó con unas condiciones mínimas: los españoles no serían hostilizados en su salida, se facilitaría transporte a los heridos y los más graves quedarían custodiados por una guardia de 50 hombres, se entregarían las armas exceptuando las pistolas de los oficiales. Pocos minutos después Navarro ordenaba que la tropa formara y se preparara para entregar el armamento. Los heridos fueron graves fueron colocados en camillas, los soldados comenzaron a entregar las armas y a salir del campamento.
Individuos de las tribus rifeñas.
Entonces ocurrió lo inesperado, mientras que las fuerzas de la guarnición de Monte Arruit seguían entregando las armas y salían en columna del campamento, un gran número de moros armados asaltaron el fortín por diferentes lugares y comenzaron a disparar contra los soldados españoles que aun permanecían dentro de él. Los soldados que aun no habían entregado los fusiles se defendieron hasta acabar con la munición. La cabeza de la columna continuaba mientras tanto su marcha aunque los soldados se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo. Mientras tanto el general Navarro y sus oficiales acompañantes al contemplar lo que estaba ocurriendo protestaron enérgicamente ante los cabecillas rifeños, de poco sirvieron sus quejas, pues él mismo y sus hombres se encontraban prisioneros de los moros.
Cuando Monte Arruit fué reconquistado por las tropas hispanas meses después, el macabro espectáculo que ofrecían los cuerpos de los prisioneros españoles torturados hasta la muerte era tan brutal que un oficial y un sargento que participaron en la reconquista se volvieron locos.
Soldados españoles destinados en el Rif.
Antigua aguada de la posición española en Monte Arruit, donde cada día iban los soldados españoles a reponer el agua para el campamento. Es la única construcción que se conserva en la actualidad.
Allí murió un tío mío: el capitán médico Teófilo Rebollar Rodríguez, espero que no fuera uno de los que sufrieron tales torturas que hicieron caer en la locura al oficial y al soldados que lo presenciaron
ResponderEliminarEl asunto no se quiso esclarecer, pero sí sé que fueron a una muerte segura por unos avaros como la familia del conde de Romanones y de un rey que no tenía dos dedos de frente y de unos mandos inútiles
ResponderEliminarCómo se va a querer esclarecer algo tan absurdo como querer conquistar un terreno que era un pedregal, tantas vidas para eso. Y unos soldados encerrados en ratoneras eran los conquistadores frente a unos harqueños libres y dueños del terreno??
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