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martes, 13 de noviembre de 2012

Batalla de Aguere y conquista de Tenerife. 1494

13 de Noviembre de 1494.-


     Tiene lugar la Batalla de Aguere, que es el nombre que recibe la batalla inicial que encarrila definitivamente la conquista de la isla de Tenerife por los castellanos al mando de Alonso Fernández de Lugo. Aunque la fecha exacta aparece controvertida para algunos historiadores, es probable que ocurriera tal día como hoy. La batalla se produjo medio año después de la derrota del mismo Fernández de Lugo, en lo que fue el mayor desastre castellano durante la conquista del archipiélago Canario.
 Después de la Primera Batalla de Acentejo, Alonso Fernández de Lugo regresó a Gran Canaria, prácticamente sin tropa tras la mortandad sufrida en la batalla (entre 1.000 y 2.000 soldados y tropas auxiliares, según los distintos historiadores) y estableció relación con Francisco de Palomar, Nicolás de Angelote, Guillermo del Blanco y Mateo Viña, mercaderes genoveses que se encontraban en Gran Canaria. 


 
Flota conquistadora castellana

    
      La tropa reunida embarca en noviembre en seis carabelas y en una docena de barcazas y carabelas menores, dirigiéndose al puerto de Santa Cruz de Tenerife. El total de hombres ascendía a unos 1.200, con una pequeña compañía de caballería y algo de artillería.

  Sobre el 10 de noviembre desembarcó de nuevo en Tenerife, por Añaza, con el propósito de llevar a cabo la conquista definitiva de la última isla que no reconocía aún la soberanía de la Corona de Castilla
 Los guanches advierten con sorpresa que el ejército castellano había ascendido la trocha de La Cuesta y dominaba las lomas de la vega, por lo que retrocedieron para evitar verse sorprendidos por quienes eran sus presuntas víctimas. Bencomo, mencey supremo de la isla,  reorganiza a sus huestes y con 5.000 hombres corre a toda prisa a las afueras de San Cristóbal de La Laguna, con ánimo de cortar el paso a los españoles
     Comenzada la batalla con el asalto de las huestes guanches, la vanguardia española constituida por arcabuceros y ballesteros desordenó sus filas, sembrando el terror y la muerte entre los grupos de atacantes guanches. Después entraron en acción los piqueros y caballeros, hiriendo y matando a los fugitivos. Este primer enfrentamiento duró varias horas, con repetidos ataques frontales por parte de los guerreros de Bencomo.


  Estatua del mencey Bencomo.

       Pero la derrota era inevitable, dado el terreno en que se movían los combatientes, llano y por lo tanto favorable para los españoles. Las tropas de Bencomo comenzaron a cejar, terminando por caer en una desordenada retirada cuando se advirtió la llegada de Fernando de Guanarteme al frente de los aliados canarios (los guanches del denominado Bando de paces), que venían del real de Santa Cruz, ascendiendo por los barrancos. Bencomo fue mal herido, también lo fue Acaymo, y Tinguaro se encontraba en desbandada, acosado por la caballería; es decir, los tres jefes del ejército guanche se hallaban en serios aprietos. Entonces se ordenó la retirada hacia Tacoronte. Herido Bencomo y puesta en fuga la gente de Acaymo, las fuerzas españolas reunidas atacaron al mencey y al grueso del resto de sus tropas, impidiendo su ordenada retirada.


 
Rendición del bando de guerra ante Fernández de Lugo.

     En una última y suicida intentona, las menguadas fuerzas guanches, dirigidas por un malherido Bencomo, tratan de romper hacía los altos de La Laguna, pero son cazados antes de llegar a ellos por la caballería castellana, seguida muy de cerca por piqueros y rodeleros, algunos de los cuales acaban con la vida del caudillo guanche, además de exterminar a cientos de guerreros en su huida.las bajas entre los guanches durante esta batalla, oscilan entre 2.600 y 1.700. Las cifras españolas de muertos varían, según fuentes, entre 30 y 55 muertos y algunas docenas de heridos.


 
Presentación de los menceyes cautivos de Tenerife a los Reyes Católicos.


      Se puede afirmar que la batalla decidió la conquista de la isla de Tenerife y puso el punto final a la conquista de las Islas Canarias. La victoria de las tropas castellanas sobre los llamados bandos de guerra, Taoro, Tegueste, Tacoronte y Anaga, unida según algunos a las plagas causadas por la corrupción de los cadáveres insepultos en el campo de batalla (la "modorra de los guanches") y a la muerte de su principal líder, el mencey de Taoro, y de sus mejores capitanes, trajo las sucesivas derrotas que decidieron el rápido final de la resistencia guanche a la conquista.


 
Menceyatos en los que estaba dividida la isla de Tenerife,

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