Se produce el encuentro naval entre la escuadra española del virreinato de Nápoles contra otra veneciana. Felipe III instruyó convenientemente a el Gran Duque de Osuna D. Pedro Téllez -Girón. a fin de que la ya poderosa armada napolitana cruzase a la entrada del Adriático [canal de Otranto] con objeto de atacar a los venecianos siempre que se presentara la ocasión favorable, e impidiera, a la vez, el paso de refuerzos holandeses; pero cuidando siempre de no enarbolar la bandera real, sino solamente pabellón virreinal
El Gran Duque de Osuna D. Pedro Téllez-Girón y Velasco
En 1617 el almirante Francisco de Rivera penetró en el Adriático con 15 galeones y en la tarde del 21 de noviembre se encontró frente a 18 galeones y 34 galeras de Venecia. Además de la habitual inferioridad numérica los españoles tenían la desventaja de que apenas soplaba viento, con lo que las galeras podían acercárseles a su antojo y remolcar a su vez a sus propios galeones.
Los venecianos formaron en media luna para envolver a los españoles, pero la noche cayó antes de que los alcanzaran, y el combate se pospuso unas horas.
Plano de la época del Golfo de Venecia, con la ciudad de Ragusa representada.
Poco antes del amanecer del día 22, sopló un viento lo bastante sostenido como para permitir maniobrar a los galeones españoles y ofrecer su flanco. Francisco de Rivera, decidido a llevar adelante la acción, ciñendo el viento metió su gran galeón de 68 cañones por medio de la escuadra veneciana, haciendo contra ella un fuego terrible, de tan gran eficacia que todos los barcos enemigos ciñeron, retrocediendo. No obstante, corría el peligro de quedar rodeado y abrumado por la enorme superioridad de los contrarios, pero los restantes galeones forzaron vela todo los posible para apoyarle, llegados a distancia de tiro iniciaron un fortísimo cañoneo contra la masa enemiga de galeras y galeazas, que retrocedieron formando apelotonamientos, sobre los que los artilleros napolitanos no perdían ni una bala. Causaron así muchísimo daño a los venecianos, por lo que en poco tiempo cuatro de sus galeras fueron echadas a pique, despedazadas, y varios galeones contrarios, entre ellos el enorme San Marcos, sufrieron grave quebranto en la arboladura y muchas bajas. Pese a tales ventajas, no pudo Rivera abordar a ninguno de los navíos enemigos, como hubiera sido su deseo, pues se lo imposibilitaba el viento, favorable a los venecianos, que podían despegarse y huir ante la acometida de los galeones ducales.
Galera de guerra veneciana.
Los barcos venecianos recibieron entonces una descarga abrumadora de artillería. Al estar entremezclados galeras y galeones, los barcos venecianos no pudieron maniobrar con la rapidez suficiente para que las vulnerables fragatas se situasen fuera de alcance ni los galeones ofreciesen su costado antes de sufrir graves daños.
La batalla, llamada de Ragusa, duró 14 horas, hasta que de nuevo se hizo de noche, y fue en realidad un duelo artillero, sin abordajes ni embestidas, dada la potencia de fuego que habían alcanzado los galeones de la época.
Galeón de guerra español
A pesar de lo abultado de su superioridad numérica los venecianos tuvieron que retirarse con cuatro galeras hundidas y un galeón muy maltrecho. Hubo cuatro mil bajas entre los venecianos y 300 entre los españoles.
Gracias, es realmente difícil encontrar información sobre este enfrentamiento.
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