Tiene lugar el encuentro entre los cruzados franceses y los aliados aragoneses y occitanos frente a la ciudad amurallada de Muret, el escenario bélico en el que combatieron las fuerzas capitaneadas por Simón de Montfort y Pedro II el Católico, rey de Aragón que acabó con la derrota y muerte de éste.
El Papa Inocencio III proclama la cruzada contra los cátaros.
El conde de Tolosa propuso al rey que al principio de la batalla únicamente se limitara a esperar a los caballeros cruzados franceses, dejándoles tomar la iniciativa en el combate, mientras los ballesteros occitanos defendían la posición aliada.
Sin embargo, Pedro II se lanzó directamente a la carga al frente de su caballería pero tuvieron que replegarse rápidamente ante la impetuosidad de la caballería francesa, tomando el relevo las tropas del rey aragonés. Los franceses, con su gran maniobrabilidad y conservando la formación, mantuvieron la ventaja numérica en las dos acometidas siguientes y no permitieron que los aragoneses se reagruparan.
Miniatura que representa la batalla de Muret.
La rápida difusión de la noticia acerca de la muerte de Pedro II se encargaría de completar la victoria cruzada al producirse la ruptura de la formación occitano-aragonesa y su retirada desorganizada. A partir de esos momentos, las tropas de Simón de Montfort únicamente tendrían que dedicarse a perseguir a los asustados enemigos que huían, masacrando a buena parte de ellos.
Página del Llibre dels fets donde se narra la batalla de Muret.
No hay comentarios:
Publicar un comentario