Se produce la toma de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, fue la primera acción de armas librada entre fuerzas insurgentes y tropas realistas durante la guerra de Independencia de México. Al inicio del movimiento de insurgencia, Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende salieron del pueblo de Dolores, y continuaron su derrotero por San Miguel el Grande y Celaya. El pavor desatado en los círculos sociales de la capital provinciana hizo que el intendente, Juan Antonio Riaño, pidiera a la población acuartelarse en la Alhóndiga de Granaditas, granero construido en 1800, y en cuya construcción había participado Miguel Hidalgo como asesor de su viejo amigo Riaño.
La Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato.
Tras varias horas de combate, Riaño fue muerto y los militares al servicio del virrey continuaron la lucha, hasta que los insurgentes lograron entrar para después masacrar no sólo a la escasa guardia que lo defendía, que era de 300 soldados, sino también a las numerosas familias de civiles refugiadas en él. Muchos historiadores consideran este enfrentamiento más como un motín o masacre de civiles que una batalla, pues no se dieron condiciones de igualdad militar entre ambos bandos.
El ataque de los 20.000 insurgentes se inició a las 12:00 horas. Dichas fuerzas se dividieron en tres columnas, que fueron cercando la plaza, hasta penetrar en ella. Lanzaron un ataque directo a la Alhóndiga, que defendida por 300 españoles realistas, realizaron una férrea defensa, lo que provocó que los insurgentes empezaran a mostrar signos de desaliento. Tras incendiar el umbral (reforzado con planchas de fierro) de la Alhóndiga, los rebeldes pudieron entrar en ella y se dieron a la masacre y el saqueo. Barceló y el hijo de Riaño, ambos comandantes realistas, fueron asesinados por la muchedumbre.
La lucha cuerpo a cuerpo se generalizó hasta las 17.00 horas, en que terminó el combate, con el aniquilamiento de los 300 soldados.También muchos civiles peninsulares y criollos de alcurnia fueron despojados de sus pertenencias y sufrieron la muerte a manos de las multitudes. El saqueo de Guanajuato no se limitó únicamente a la Alhóndiga, sino que en los días siguientes se extendió a la ciudad y al área metropolitana. Hidalgo impidió que unos de sus soldados mancillaran el cuerpo de su amigo Riaño, y fue entonces que se dio cuenta del saqueo que vivía la ciudad. El 1 de octubre, las tropas insurgentes abandonaron Guanajuato.
El minero Juan José de los Reyes Martínez, alias el Pipila, incendiando la puerta de la Alhóndiga.
La noticia de la toma de Guanajuato y lo ocurrido en la Alhóndiga de Granaditas, se conoció prontamente en toda la Nueva España, por lo que los habitantes de las ciudades por donde iba a pasar el ejército "libertador", huían para no sufrir el mismo destino que la mayoría de los habitantes de Guanajuato.
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