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lunes, 24 de diciembre de 2012

Conquista de Cefalonia 1500


24 de Diciembre de 1500.-

      Las sucesivas derrotas a manos del sultán turco Bayaceto I, obligaron al dogo veneciano Agostino Barbarigo a pedir ayuda al Papa y a los Reyes Católicos en el 1500. Amenazados sus importantes núcleos comerciales en levante, Barbarigo sugirió una coalición dirigida por Gonzalo Fernández de Córdoba para derrotar a los turcos.



 
Bayaceto I

      El contingente español, embarca en 57 naves y zarpa del puerto de Málaga el 4 de junio de 1500. Llegan a Mesina donde se unen  2.000 soldados que se habían quedado de la expedición anterior, y varias naves vizcaínas, entre las que estaba la de Pedro Navarro.
El objetivo de la expedición fue Cefalonia, plaza que fue sometida a asedio El terreno circundante al castillo era escarpado y pedregoso, dificultaba el emplazamiento de la artillería. No obstante, pudieron situar algunos  cañones tras un montículo frente a la puerta.

 
La flota aliada anclada en el puerto de Messina.


     La artillería hispano-veneciana, empezó abriendo fuego sobre las murallas con basiliscos y bombardas, no produjeron desperfectos por la inestabilidad del suelo sobre el que se asentaban. Entonces Pedro Navarro, entróen acción; un hombre que se haría célebre por su uso de las minas militares; aquí fué una de las primeras veces que las empleó.La resistencia otomana  alargaba la estancia en Cefalonia, y en unas condiciones muy desfavorables: inclemencias meteorológicas, humedad marítima salitrosa, insalubridad (particularmente dañina para heridos y enfermos) y escasez de víveres.. En la fortaleza de San Jorge de esta ciudad, defendida por jenízaros al mando de un capitán albanés llamado Gisdar, Navarro pudo probar una nueva composición de la pólvora para las minas, además del azufre, el cual se introducía ardiendo en las troneras, abrasando a los defensores y provocando que abandonaran las defensas para evitar sus humos venenosos.

 
jenízaro turco

     No consiguió derribar el muro del todo, pero el 25 de noviembre de 1500, al minar con bateles al nivel del mar las rocas sobre las que se asentaban las murallas del castillo, logró derribar un trozo de muro. Por esta brecha se inició el ataque al castillo, defendido bravamente por la guarnición turca.
Al amanecer del día 24 de diciembre Córdoba animó a sus hombres con vehementes arengas y alusiones a los recientes triunfos españoles en Nápoles. De seguido, con él entre ellos, emprendieron la carga contra uno de los muros que parecían más débiles.
Con ayuda de escalas y protegiéndose con rodelas lograron alcanzar el adarve. Se entabló entonces un combate durísimo, en el que ambos bandos se batieron con ferocidad, mientras se acumulaban caídos los muertos y heridos.


 
Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán


     El general español abrió un segundo punto de choque en otra posición del castillo distante de la anterior, para dividir así por dos la intensidad y eficacia de la fuerza jenízara. En ambos lugares la lucha era encarnizada.
      Entonces Córdoba mandó traer un puente de madera construido durante la noche anterior, y lo dirigó a un tercer punto, por el que pasaron súbitamente hacia el interior de San Jorge varias capitanías de reserva que encontraron poca oposición, pues la maniobra sorprendió a los otomanos.
El mismo general acompañó a sus hombres en la pelea, que ya en el interior se decantó hacia el lado cristiano. El capitán Gisdar y otros resistentes quedaron acorralados en un reducto, pero no se rindieron.
Lucharon con coraje hasta la muerte del último hombre. Las relaciones de la época hacen variar el número de defensores entre 300 y 700, y la duración de la toma de Cefalonia entre 40 días y varios meses. Las bajas hispano-venecianas fueron aproximadamente cien.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Segundo sitio de Zaragoza 1808






21 de Diciembre de 1808.-




     Comienza el segundo sitio de Zaragoza. El ejército francés, consciente de la importancia estratégica de la ciudad y del impacto moral que tenía la resistencia de la ciudad ante el ejército francés, pues se había convertido ésta en un símbolo de la resistencia española, volvió con numerosas tropas mandadas esta vez por el mariscal Lannes, sumando más de 35.000 soldados de infantería y 2.000 de caballería. La ciudad estaba ahora más preparada. Aunque no dio tiempo a acabar las fortificaciones, se pudo disponer de hasta 160 cañones gracias a los capturados durante el primer sitio y se pudo reunir la cosecha antes del asedio. Los defensores incluían unos 30.000 soldados regulares, amén de miles de voluntarios de la ciudadanía cuya colaboración fue muy importante. 



 
Regimiento de  Ordenes Militares, uno de los participantes en el segundo Sitio de Zaragoza.


      Este hecho fue una de las diferencias del primero, la presencia militar en de la defensa, presencia quizas excesiva, pues fueron introducidos demasiados soldados en una ciudad que no estaba preparada para recibir y mantener a tal numero de personas para el largo sitio que se avecinaba. A pesar de ser informado de la capitulación de Madrid frente al ejército imperial, Palafox se niega a negociar una rendición: "¡Después de muerto, hablaremos!", replica.



 
Baturro montando guardia durante los Sitios de Zaragoza.




     El 21 de diciembre este ejército atacó Zaragoza por varios puntos, tratando de tomar el Canal Imperial en Casablanca y La Paz, así como los barrios exteriores del Arrabal y Torrero. Lograron ciertos avances, pero la resistencia fue enconada y los defensores retuvieron sus posiciones. Sin embargo, la captura del camino a Zuera, la voladura del Puente de América por los defensores para evitar su captura y sus avances extramuros aislaron a los defensores. Los franceses realizaron el segundo sitio más exhaustivamente, y dedicaron los días siguientes a construir puentes sobre el Ebro por Juslibol (22 de diciembre) y sobre el Huerva (25-26 del mismo mes) con los que asegurar su cerco alrededor de la ciudad. Simultáneamente, y en la más pura ortodoxia militar, avanzaron con trincheras paralelas a las defensas de la ciudad.


 
Plano del Segundo sitio.


     En San José, Santa Engracia y los alrededores de la Aljafería se combatió entonces con denuedo. Los avances franceses se convirtieron en costosos, y los contraataques del General O'Neylle lograban recuperar parte de lo perdido. Especialmente exitosa fue la salida del 31 de diciembre, aprovechándose de las inundaciones que habían dañado los puentes franceses, en la que los defensores llegaron a Juslibol. Los franceses consiguieron cerrar el cerco por completo a la ciudad, lo peor para los defensores, mención aparte de los asaltos y bombardeos propios de la batalla, fue la epidemia de tifus que diezmó a la población, incluso Palafox cayó enfermo, la situación era desesperada, hambre, frío, la epidemia y el Capitán General contagiado. En estas circunstancias se creó una Junta de Defensa que decidió capitular y rendir la ciudad a los franceses el 21 de Febrero de 1809, tras dos meses de fanática resistencia.

 
Fachada Este de la Basílica del Pilar, donde aún se aprecian los daños sufridos durante los sitios.


 Gran parte de la ciudad de Zaragoza quedó destruida, así como la economía y el capital humano, falleciendo en el segundo asedio 55.000 defensores, todas las clases sociales quedaron desechas, tardando muchas décadas en recuperarse, Zaragoza comenzó su vida "normal" después de la capitulación con tan solo 12.000 habitantes.

viernes, 14 de diciembre de 2012

CARTELES REPUBLICANOS DE LA G.C.E. (6)







 















 









 



 



 



 






  14 de Diciembre de 1600.-


     Es avistada una escuadra holandesa  en la entrada de la bahia de Manila, por lo que los españoles deciden atacarlo y en caso de huida, perseguirlos.  Los buques españoles eran dos; el galeón San Diego y el San Bartolomé al mando de Antonio de Morga. La escuadra holandesa estaba compuesta por los navíos Mauritius, Hendrik-Frederik y dos barcos más pequeños, el Eendracht y Hope, al mando del almirante Olivier van Noort.


La flota holandesa de van Noort

      Los buques holandeses eran más fuertes, veloces y marineros, además de superar a los españoles con una artillería de mayor calibre y dotaciones mejor preparadas, ya que los galeones españoles eran buques dedicados al comercio y fueron armados rápidamente con cañones llevados desde el fuerte de Manila y con una tripulación compuesta por voluntarios civiles y algunos soldados.

     El San Diego se acerca a las naves enemigas, y a pesar de las andanadas de artillería que recibe se acerca y consigue abordar al Mauritius. Se produce un fuerte choque que hace escorar al buque holandés 30 es`pañoles abordan el buque, pero se había abierto una vía de agua en el San Diego que hace que el barco español se hunda cerca de llegar a la isla de Fortuna, donde llegaron a nado cien hombres mientras los demás naúfragos españoles son asesinados desde los barcos holandeses.


Galeón comercial español.
 

     La llegada del San Bartolomé y la captura del Eendracht, hizo que los holandeses huyeran de aguas filipinas.
     La victoria fué española pero se pagó un alto precio por ella.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

    12 de Diciembre de 1744.-



    Tiene lugar un combate naval sobre cabo San Antonio (Isla de Cuba), entre la fragata inglesa La Rosa, atacó á la fragata de guerra española Concepción de 20 cañones á las órdenes del capitán de fragata D. Pedro de Elizagarate y después de un sangriento combate que duró siete horas fué apresada por los ingleses.

 
Combate entre una faragata española y una británica.








     En el combate murieron 41 tripulantes de 162 que era su dotación, entre ellos el capitán de fragata D. Pedro Manuel Lana, y herido el oficial de Marina D. Juan Ignacio de Madariaga y Arostegui. No se rindieron á tan superiores fuerzas hasta que consumieron todas las municiones y se halló la fragata desarbolada del palo mayor.
El comandante de la fragata inglesa echo á los prisioneros españoles muy inhumanamente en Cayo Sol, islote desierto, en medio del canal de Bahama, sin más víveres que un barril de carne y otro de bizcocho para 121 individuos, incluso cuatro oficiales de guerra, sin otro recurso que un botecillo de tres remos, que por accidente se dejaron los ingleses olvidado en la playa.


Islote de Cayo Sol








     Todos hubieran perecido sin el arrojo de Ignacio de Madariaga que ofreció ir con dicho bote á La Habana: que distaba 50 leguas, á llevar tan infausta noticia y solicitar auxilio, como así lo efectuó tras siete días de contínuos riesgos y de importante trabajo. El general de la escuadra D. Andrés Reggis, lo envió á recoger á los moribundos del islote con una balandra y una fragata, en las que felizmente los supervivientes llegaron á La Habana. Otra muestra más de ese gran pueblo de hijos de la... Gran Bretaña en la que nos muestra otra de sus facetas aparte de la de piratas, ladrones y borrachos... criminales de guerra.