Encontrándose el navío San Francisco de Asís, de 74 cañones, al mando de Alonso de Torres-Guerra, a 10 leguas de Cádiz, avistó al amanecer del día 25 de enero, a distancia de 11 leguas en el paralelo de aquel puerto, siguiendo la vuelta del N con vientos E, cuatro buques, que no dudó fuesen enemigos así por las noticias anticipadas que tenía, como por su falta de contestación a las señales que les hizo de reconocimiento.
Navío de línea.
La escuadra británica estaba compuesta por dos fragatas de 40 cañones, una de 34 y una corbeta de 28, que fueron rechazadas con pérdidas. El episodio empezó a la una de la tarde, durando hasta el anochecer.
La persecución
Correspondieron los enemigos largando sus banderas inglesas, y rompió el fuego el navío Asís, que se batió en retirada sin intermisión hasta las 4, sufriendo el de dos fragatas que alternativamente lo batían a metralla, dirigiendo él sus tiros con sólo los cuatro guarda-timones de ambas baterías con viveza y acierto, y dando de tiempo en tiempo una orzada o arribada para presentarles el costado, cuyas descargas no pudieron resistir, obligándolas en estos casos a arribar por el daño y averías que sufrían.
Separáronse las fragatas del combate a las 4, y habiendo consultado entre sí los comandantes ingleses volvieron a combatir a las 4 y media, y prosiguieron hasta las 5 que se retiraron.
Combate entre un navio español y otro británico.
La proximidad de la noche, y la situación de quedar empeñado en la costa entre Huelva y Ayamonte, determinaron al Comandante del Asís a virar de vuelta del E resulto a pasar entre los enemigos batiéndolos por ambas bandas; pero estos viendo tal resolución arribaron, y se pusieron en huida, lográndola a favor de la oscuridad de la noche.
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