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miércoles, 21 de enero de 2015

Batalla de Moquegua 1823



21 de enero de 1823.-

    

      Se produce el combate de Moquegua, librado en las inmediaciones de la villa de Moquegua, capital del departamento del mismo nombre, durante este enfrentamiento el Ejército Libertador del Sur al mando del general argentino Rudecindo Alvarado fue completamente destruido por el Ejército Real del Perú al mando del general José de Canterac. Al final de esta campaña, que significó un serio descalabro para los independentistas, de los 4.300 hombres que partieron de Lima solo retornaron aproximadamente 1.500.







General D. José de Canterac.



      Tras la batalla de Torata el ejército unido habíase retirado a la villa de Moquegua con la intención de reorganizar sus fuerzas, por el lado realista no se pensaba dejar escapar una victoria que se tenía como segura de tal manera que tras recibir los refuerzos de la división del general José de Canterac, el ejército real pasó a la ofensiva.

A las 8 a.m. del día 21 de enero los realistas avistaron al ejército unido, el general en jefe José de Canterac formó al ejército real en dos divisiones, a fin de flanquear a los independentistas.







 Croquis del ataque de las dos columanas realistas a las posiciones independentistas apoyadas en su izquierda en la villa de Moquegua.




      Tan pronto como la división de Canterac se puso a tiro principio la batalla, los independentistas concentraron todos sus esfuerzos en atacar a las fuerzas que tenían enfrente pero al descubrir Alvarado la rapida marcha de Valdés sobre su flanco derecho destacó una guerrilla apoyada por un batallón para interceptarlo pero el batallón del Centro que mandaba Espartero, quien solicitó combatir a pesar de tener un brazo en cabestrillo, batió y disperso las fuerzas contrarias permitiendo que el resto de la división se posicionara en la derecha del ejército unido.

     Apercibido de esta ventaja Canterac ordenó avanzar en guerrilla a los batallones Burgos y Cantabria quienes sufrieron numerosas bajas mientras la altura perimitió a la artillería independentista utilizar su metralla, parte de la caballería realista formada por los granaderos de la guardia cargó sobre la artillería logrando apoderarse de sus piezas pero perdiendo 50 individuos en el ataque entre ellos a su comandante Manuel Fernández.



Soldado realista del escuadrón de Dragones de la Unión.






     Flanqueada su posición por la división de Valdés y coronadas las alturas del barranco por los batallones de Monet al promediar la una de la tarde el ejército unido se dispersó abandonando desordenadamente el campo a excepción de la caballería rioplantense constituida por los granaderos a caballo de San Martín bajo las órdenes del comandante Juan Lavalle a quienes se les ordenó cubrir la retirada cuando la caballería realista al mando del comandante Francisco Solé se lanzó en persecución de los dispersos, los granaderos cargaron sobre la caballería realista deteniendola y logrando evitar que los infantes fueran cercados y pudieran alejarse, varias veces repitió el regimiento esta acción ganándose el respeto de los jefes realistas ante tan bizarro proceder mas finalmente superados en número fueron la mayoría sableados o capturados, de los 400 hombres que componían el cuerpo solo quedaron 180 cuando la caballería realista detuvo la persecución.



Escuadrón de Cazadores Montados del Alto Perú.







      El balance de la batalla fue desastroso para los republicanos quienes tuvieron 700 hombres muertos y más de 1.000 prisioneros, del lado realista fueron particularmente diezmados el batallón Cantabria y el primer escuadrón de granaderos de la guardia que perdió la mitad de sus soldados entre ellos a su comandante Fernández "uno de los oficiales de mayores esperanzas del ejército español". Las bajas totales realistas fueron estimadas en 150 muertos y 250 heridos.


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