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jueves, 7 de febrero de 2013

Combate naval de Abtao 1866





7 de febrero de 1866.-


 Entre el 7 y el 8 de febrero tiene lugar el combate naval de Abtao, en la Isla Huapi Abtao, parte del archipiélago de Calbuco (aguas del canal de Chayahué, Chiloé), entre una escuadra española formada por las fragatas de hélice Villa de Madrid y Blanca y la flota aliada chileno-peruana compuesta por la fragata de hélice Apurímac, las corbetas de hélice Unión y América, la goleta de hélice Covadonga (que había sido capturada en Papudo) y los vapores de hélice Lautaro y Antonio Varas.  La acción se redujo a un cañoneo a gran distancia sin resultados concluyentes, en el que no llegaron a tomar parte activa los dos vapores.

Fragatas de hélice Villa de Madrid y Blanca en Abtao.



     En las primeras horas del 7 de febrero, los vigías aliados anunciaron la presencia de un buque que luego fue identificado como una de las fragatas españolas, que de manera precavida reconocía la zona en que se encontraban las naves aliadas, las cuales formaron una línea en forma de herradura cubriendo con sus cañones los dos accesos a la ensenada.



Dibujo de la fragata Apurímac, de la Armada peruana.




     A las 3:30 de la tarde, la fragata Apurímac, donde el capitán Villar había enarbolado su insignia, rompió el fuego contra las fragatas españolas, iniciándose de esta manera el combate que se prolongó por aproximandamente dos horas, intercambiándose los disparos a una distancia promedio de 1.500 m, aunque hubo un momento en que la Covadonga se aproximó a 600 m de la Blanca, a la que se creía varada para cañonearla sobre el istmo de la isla Abtao. Algunos proyectiles españoles alcanzaron la línea de flotación de la Apurimac, obligándola a desplazarse hacia al norte. Otra granada española alcanzó a la Unión y mató a dos de sus tripulantes. La América también recibió un impacto
Se hicieron en conjunto unos 2.000 disparos, sin que ninguna de ambas fuerzas recibiera daños considerables. Las fragatas españolas no se animaron a acercarse por temor a resultar varadas en una zona que desconocían, mientras que las naves aliadas -dada su inferioridad material- se mantuvieron al amparo del canal.



Combate de Abtao.



      Las bajas españolas fueron de seis heridos y tres contusos. En la escuadra aliada los historiadores discrepan sobre el número de bajas. Las cifras de muertos oscilan entre dos y doce y los heridos entre uno y una veintena.
     Al caer la tarde las fragatas españolas cesaron el fuego y salieron de la boca de la ensenada. Manteniéndose a poca máquina, los buques esperaron toda la noche algún movimiento de la escuadra aliada, realizando algún disparo, pero sin obtener respuesta. Al amanecer las fragatas volvieron a la entrada de la rada, permaneciendo allí hasta las 9 de la mañana. Al ver que los barcos chileno-peruanos no se movían, se decidió regresar a Valparaíso para reunirse con el resto de la escuadra española. En su regreso a Valparaíso, al pasar por la bahía de Arauco las naves españolas sorprendieron y capturaron al vapor chileno Paquete del Maule que llevaba a bordo una tripulación de 126 hombres (entre oficiales, tropas y marineros).




La corbeta chilena Covadonga en Abtao.

     La escuadra aliada, sin embargo, quedó en muy mala situación: al inutilizado Lautaro, hay que añadir que la Apurímac y la América se encontraban con sus máquinas en reparaciones, lo que las impedía moverse. La historiografía aliada considera el combate de Abtao como una victoria estratégica por considerar que las fragatas españolas se retiraron sin cumplir su misión.

 La prensa española de la época, por su parte, ridiculizó la actuación de la flota aliada calificando de cobarde la postura defensiva que ésta sostuvo.


Las fragatas españolas rumbo a Valparaíso.




     En palabras del escritor chileno Benjamín Subercaseaux en su libro Tierra de océano: la epopeya marítima de un pueblo terrestre:
"En esas condiciones se llevó a efecto el Combate de Abtao, que tanto celebran algunos de nuestros historiadores. La manía patriotera hace que la gente ya no sepa dónde residen los verdaderos méritos y dónde las tonterías, con la consiguiente desorientación para evitar las últimas y copiar los primeros; obra esta que no me parece muy patriótica… En este combate, en verdad, nadie perdió ni nadie ganó".


1 comentario:

  1. Importante conocer la historia, para entender el presente y las sociedades se preparen para el futuro.

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