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domingo, 10 de febrero de 2013

Abrazo de Acatempan 1821


10 de febrero de 1921.-


    
      Tiene lugar el abrazo de Acatempam, población mexicana localizado actualmente en el municipio de Teloloapan.Este es un suceso de la Historia de México en el que participaron Agustín de Iturbide, comandante en jefe del ejército del Virreinato de Nueva España, que era gobernado entonces por Juan Ruiz de Apodaca, y Vicente Guerrero, jefe de las fuerzas insurgentes del Virreinato. Este abrazo marcó la reconciliación entre las fuerzas virreinales, integradas mayoritariamente por criollos y el ejército insurgente.



Abrazo de Acatempan, por Hesiquio Iriarte.


     El marino Juan Ruiz de Apodaca instrumentó una política distinta a la de sus predecesores: Venegas y Calleja. Creó el indulto, que le fue concedido a la mayoría de los líderes insurgentes, como Nicolás Bravo e Ignacio López Rayón. Gracias a esta política, la Nueva España vivió casi tranquilamente hasta finales de 1819.
El 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan (Andalucía, España) el coronel Rafael de Riego se levantó en armas, proclamando que el rey Fernando VII debía jurar la Constitución de Cádiz, que las Cortes Generales proclamaron en 1812. El 26 de mayo el intendente de la provincia de Veracruz, José Dávila proclamó la Constitución de Cádiz. Apodaca hizo lo mismo en la capital el 31 de mayo, provocando con ello protestas y motines.



Juan Ruiz de Apodaca.



 En México esta noticia tomó por sorpresa a los novohispanos. Se temía que se suprimieran los privilegios del clero y del ejército, y que una nueva época liberal llegara al país. Los criollos, acaudillados por el inquisidor general Matías de Monteagudo y por Apodaca, se reunieron en la Iglesia de la Profesa, y ahí conspiraron y resolvieron separarse de España.
 Apodaca, por consejo de Monteagudo, nombró a Iturbide como reemplazo de Armijo, comandante de las operaciones en el sur del país y el 16 de noviembre Iturbide salió de la Ciudad de México y estableció su cuartel general en Teloloapan.




Sgustín de Iturbide, por Primitivo Mirando.


      Existía el antecedente de una negativa por parte de Vicente Guerrero de pactar la paz, cuando Apodaca envió al padre del caudillo al campo de batalla para suplicarle que aceptara el indulto. Ante esa situación, Guerrero había pronunciado su frase más conocida: "La Patria es primero"´. Iturbide empezó a planificar sus acciones militares, con la intención de destruir a las fuerzas insurgentes. Sus primeros combates resultaron desastrosos, pues fue derrotado en prácticamente todas las batallas.
Se dio cuenta que Guerrero y sus hombres conocían como nadie las montañas del Sur, y que en ese terreno sería casi imposible derrotarlos. Comprendió entonces que la Independencia "sólo se lograría si los militares insurgentes se aliaran con las fuerzas que militamos bajo las órdenes del Rey", como había dicho a un subordinado tras sufrir su única derrota, en el fuerte del Cóporo



Vicente Guerrero, Por Ramón Sagredo.

     Iturbide empleó pues, una nueva estratagema: escribió a Guerrero el 10 de enero, pidiéndole que se retirara de la lucha, que el gobierno respetaría su cargo militar y le concedería el indulto. Guerrero se negó terminantemente.
Los hombres al mando del coronel realista Berdejo fueron derrotados nuevamente el 27 de enero de 1821, por las fuerzas insurgentes. Iturbide había enviado una carta fechada el 25 de enero en Teloloapan, en la que le solicitaba una entrevista y le exponía los puntos de su programa político, posteriormente recogido en el Plan de Iguala.
El encuentro se realizó en Acatempan, ante las respectivas tropas de Iturbide y de Guerrero. Según el relato de Lorenzo de Zavala, se entabló un breve diálogo entre ambos caudillos, tras el cual se produjo el abrazo.



Otra visión sobre el Abrazo, en este caso el cuadro está pintado por Román Sagredo.

      El 24 de febrero Iturbide proclamó su Plan de las Tres Garantías en Iguala, donde surgió el Ejército Trigarante, que se encargó de marchar por todo el país difundiendo el Plan de Iguala. Poco después, Apodaca fue relevado como virrey y en su lugar llegó Juan O'Donojú, quien sería el último virrey. O'Donojú comprendió que la causa hispánica ya estaba perdida y se suscribieron los Tratados de Córdoba, que dieron fin a la Guerra de Independencia y que reconocían la soberanía de México

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