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lunes, 11 de marzo de 2013

Batalla de Umachiri Perú 1814


11 de marzo de 1814.-

 
         Se produce el enfrentamiento bélico que constituyó el punto culminante de la revolución independentista del brigadier Mateo Pumacahua, la batalla de Umachiri,  la victoria realista significó el fin de la rebelión y el apresamiento y ejecución de sus principales líderes.

      Tras el establecimiento de un gobierno provisional los revolucionarios enviaron tres expediciones militares hacia Huamanga, La Paz y Arequipa, en esta última ciudad Pumacahua derrotó a las fuerzas realistas en la Batalla de la Apacheta y tomo prisioneros al intendente Moscoso y al mariscal de campo Francisco Picoaga, oficial destacado en las campañas en el Alto Perú. El 19 de enero los rebeldes fusilaron a Moscoso y Picoaga.



Mapa de 1780 del Virreinato del Perú.

      El ejército rebelde estaba compuesto, en su casi totalidad, por una masa entusiasta y numerosa de campesinos que según Pumacahua alcanzaban los 14.000 hombres y que testimonios realistas hacen subir a 20.000 pero carente de armas e instrucción militar, solo entre 500 y 800 de ellos contaban con fusiles mientras que el resto se encontraban armados de lanzas, macanas, hondas y garrotes.
La división del Ejército Real del Perú al mando de Ramírez contaba con aproximadamente 1.300 soldados del Regimiento 1° de Infantería de Línea del Cuzco, veterano del teatro de guerra en el Alto Perú frente a los patriotas argentinos, donde había combatido al mando del finado mariscal Francisco Picoaga por lo que sus oficiales y soldados se encontraban ansiosos por vengar a su antiguo jefe. Aunque ampliamente superado en número el general Ramirez confiaba en la disciplina, preparación y táctica de sus tropas americanas.



Brigadier Juan Ramírez Orozco hacia el final de su vida.

      El 10 de marzo ambas fuerzas quedaron frente a frente encontrándose separadas por el río Ayaviri que se encontraba crecido por las recientes lluvias y solo intercambiaron algunos tiros de artillería tomando posiciones de combate, pero sería Ramírez quien mediante una hábil estratagema decidiría las acciones.



Granadero del Ejército Real del Perú.



     A las 3 de la tarde del 11 de marzo, el brigadier Ramírez condujo personalmente a sus soldados, con los fusiles y cartucheras sobre la nuca y el agua hasta las axilas, a través del río Llalli pequeño pero crecido y pedregoso, a costa de seis de ellos que perecieron ahogados las tropas reales lograron alcanzar la otra orilla; tomando de flanco a los rebeldes los granaderos realistas les dispersaron mediante algunas descargas cerradas.


Uniformes del Ejército del Alto Perú.

     Mientras tanto un grupo de 500 hombres montados asaltó el campamento realista por retaguardia, organizó la defensa el capellán del ejército quien con los soldados que habían quedado, arrieros e incluso rabonas logró instalar un cañón en un morro rechazando a los atacantes.
El resto del ejército real pasó el río al borde del atardecer cayendo a saco sobre los desorganizados rebeldes y causando una gran mortandad. Los principales líderes sobrevivientes fueron capturados entre ellos Mateo Pumacahua, los hermanos Vicente y Mariano Angulo y el joven poeta Mariano Melgar uno de los más entusiastas combatientes de la revolución que habíase unido al ejército de Pumacahua ostentado el cargo de Auditor de Guerra.



Mariano Melgar, joven poeta revolucionario ejecutado después de la batalla.

     Al día siguiente fueron fusilados en el mismo campo de batalla varios de los prisioneros entre ellos Melgar, Pumacahua (a quien se condenó a morir decapitado y que declaró en el juicio que creia que Fernando VII había muerto, y había sido engañado por los hermanos Angulos... en fin, un chico valiente) y algunos otros fueron ejecutados después, finalizando así la rebelión.


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